Basura orbital

Desde que el bípedo racional dejó de ser nómada y de vivir bajo las normas naturales y cíclicas de nuestro planeta, hemos sido el único ser vivo capaz de transformar el entorno en el que nos asentábamos de forma drástica e irreversible.

Esta transformación no solamente se debe a nuestro afán de adaptarlo todo a nuestra conveniencia, denominándola – no sin cierta sorna – Evolución.

El auténtico problema es la cantidad de residuos no degradables que somos capaces de generar. Hemos creado una espiral de desperdicios que nos acabará hundiendo en nuestros  propios detritus, y arrastraremos en ella al resto de vida de la Tierra.  ¡Qué negro panorama! ¿Es esto realmente Evolución?

En cuanto tenemos conocimiento de la existencia de un espacio virgen, somos incapaces de dejarlo tal cual lo encontramos.  ¡Hay que explotarlo y sacarle el mayor provecho posible! Y, si no es así, pues directamente ¡Lo convertimos en nuestro basurero! Tenemos la inconsciencia de un niño pequeño con un rotulador: pared limpia que ve, pared que inmediatamente llena de pintadas. Con una diferencia: a la que crecemos, nos hacemos más cafres.

Toda esta reflexión me viene por una noticia sobre la cantidad de residuos que orbitan alrededor de la Tierra.

Está clarísimo que no nos hemos podido resistir: ¡Todo el espacio sideral para dejar mierda! ¡El basurero cósmico, señores!

Y si pensamos que solamente son restos de naves y cohetes lanzados al espacio, permítanme decirles que vivimos muy equivocados.

Resulta que también hay restos de objetos que llevan habitualmente los astronautas, tales como bolígrafos, herramientas y hasta lámparas.

Lo de los bolígrafos lo entiendo, porque no conozco un objeto con tanta facilidad para “perderse” al minuto de haberlo estrenado, pero lo de  las lámparas ya me parece tremendo. No tardando mucho, se organizarán viajes para ir de compras a mercadillos orbitales.

Pero lo más peligroso de todo este tema, es que con tanto objeto, por muy pequeño que sea, viajando a esas velocidades, la probabilidad de choques es tremenda. ¡Manda narices! La Órbita terrestre va a acabar como la M30 cuando estaba en obras.

Por otro lado, aunque muchos objetos se desintegran al entrar en la atmosfera, algunos de ellos, por su tamaño, no se desintegran totalmente, cayendo parte de los mismos en nuestros campos y ciudades.  ¡Imagínense las noticias en los telediarios! :

El Gobierno estadounidense ha sido denunciado por un granjero de Marble Valley en Alabama, por la muerte de 2 vacas lecheras al caerles del cielo los restos de una sandwichera. 

Jeremy B. Leroy, que así se llama el granjero reclama una indemnización de unos 10.000 US$, ya que se trataba de dos vacas muy, pero que muy lecheras

Ahora en serio,  ¿Tanto nos cuesta tener cuidado con lo que tiramos?

 

Justine de la Bretonne

 

 

 

 

admin

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4 comentarios en «Basura orbital»

    1. Tienes razón… pero está en nuestras manos hacer todo lo posible para detenerlo y poder al menos conservar lo que queda para recuperarlo poco a poco.

      Ecosaludos!

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