Aroma embriagador

Estimados Amigos, una maldita gripe me mantuvo fuera de combate la semana pasada, pero aquí estoy de vuelta.

En estos días he tenido ocasión de leer artículos muy interesantes que ya les iré analizando semana a semana.

Uno de los artículos que más me ha llamado la atención se titula:

“COLONIA DE CALVIN KLEIN PARA ATRAER A JAGUARES”

El mérito es del zoológico del Bronx en Nueva York. Se intentaba atraer a los guepardos hasta las cámaras que los monitorizaban. Para ello, probaron hasta 23 olores diferentes. De todas estas fragancias, la que les reportó el éxito fue la creación de Calvin Klein Obsession”.

No en balde se anuncia como “esencia pura de masculinidad”.

Vamos, lo que normalmente llamaríamos olor a tigre.

La noticia ha llegado a los científicos de un bosque tropical protegido de Guatemala que, sin pérdida de tiempo, la han puesto en práctica para atraer jaguares. Estos animalitos se rozan, olfatean y escarban, con verdadero placer, la tierra rociada con la fragancia.

Tal es el éxito y tanta la información (?) que aseguran los científicos estar recopilando de este comportamiento, que se va a extender a otras áreas  geográficas como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Perú y Ecuador.

Resulta paradójico que un aroma creado para atraer al género femenino, atraiga también a los felinos salvajes.

¿Qué fragancia utilizarán para atraer a las hembras? ¿El “Very Irresistible” de Givenchy?

Para determinar que ejemplares son antisociales quizás “A mi Aire”  de Loewe.

 Para saber los que están en celo “Romance” de  Ralph Lauren, y si ya nos vamos a África, lo ideal sería “Safari”, también de Ralph Lauren.

A los gatos parisinos no les convencerá usted si no les rocía con un “Chanel Nr. 5” como mínimo.

Pero si hablamos del hermoso y escurridizo Lince Ibérico, no conseguirán ustedes nada de nada si no llevan consigo un frasquito de “For ever mine into the Legend” de Chevignon. ¡Qué menos!

Pero, lo más inquietante de la cuestión: ¿Cómo se sentirán los que hayan creado el aroma?

No me negaran que resulta desalentador estar investigando y probando semanas, meses, e incluso años, con diferentes combinaciones de aromas y esencias, crear y diseñar un frasco llamativo, un packaging seductor, que los marketinianos lancen campañas masivas a cual más extravagante, para que se usen ahora como atracción para felinos.

Señores, corremos el riesgo de convertir nuestros ecosistemas con sus aromas naturales en asfixiantes espacios rebosantes de olores empalagosos y mareantes. Las especies que habiten en ellos tendrán comportamientos a cual más desenfrenado y acabaran perdiendo uno de los sentidos básicos para su supervivencia: el olfato.

En cualquier caso, sí que les ruego que no utilicen aerosoles para rociar estas fragancias. Por lo menos, si no podemos evitar desquiciar a nuestra fauna,  que no se resienta la capa de ozono.

Justine de la Bretonne

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