El olor de las ciudades

Una de las mayores paradojas que experimento, cada vez que me “traslado” al presente milenio, es leer en los libros de historia cualquier tema relacionado con mi época.

Para los historiadores actuales, los arrabales y el laberíntico trazado de las ciudades del siglo XVIII eran cenagales de suciedad, desperdicios e inmundicias que los ciudadanos arrojaban impunemente a las calles, en las que campaban a sus anchas ratas y cucarachas.

Fuente: http://ookaboo.com/o/pictures/picture.large/197964/A_late_18thcentury_illustration_of_a_pro

No voy a negar que la falta de higiene y la acumulación indiscriminada de basura impregnaba el ambiente de un denso olor a humanité, pero nuestra basura era totalmente biodegradable, nuestro cielo era limpio y nos bastaba acercarnos a la nariz un pañuelo perfumado o un pequeño bouquet que cualquier dama llevaba siempre a tal efecto. También debíamos de andar con cuidado para no recibir una desagradable sorpresa si el aviso de “agua va” nos llegaba un poco tarde.

Las noches eran misteriosas, oscuras y silenciosas; los astrónomos no necesitaban emigrar a lugares inhóspitos porque se podían ver las estrellas – para deleite de los poetas de medio pelo y los gatos de tejado-, Y si la cosa se ponía insoportable, sobre todo en verano, organizábamos deliciosas estancias en la campiña, lo que nos proporcionaba libertinas y sensuales experiencias.  Ah ¡¡¡Quelle joie de vivre!!!

Fuente: http://ookaboo.com/o/pictures/picture.large/1560424/Merton_Place_copperplate_18th_century

Teniendo en cuenta todo esto, yo me pregunto: ¿Cómo tienen ustedes la desfachatez de decir que nuestras ciudades apestaban y eran insalubres, teniendo en cuenta la espesa capa de polución que corona las urbes, grandes y medianas, del siglo XXI?

Actualmente viven inmersos en la turbia nube tóxica que desprenden los miles de coches que circulan por sus calles, las calefacciones a “todo gas” y los aires acondicionados a pleno rendimiento. Al divisar una ciudad desde el extrarradio, asusta esa masa marrón sobrevolando los edificios.

¿Qué tiene esto de humano? ¿Cómo afecta y afectará esta exposición a un organismo concebido para vivir en un entorno natural?

También generan basura, pero la envuelven en plástico y la depositan en inmensos basureros. Y, por cierto, la mayoría de los materiales de desecho son imperecederos……

También tienen ratas, pero alcanzan tamaños de conejo y las cucarachas son casi como pastillas de jabón.

Sus noches igualan al día en luces y ruidos; viven a una velocidad desenfrenada y soportan eternamente un olor acre y ácido a combustible quemado, que nada tiene de humano.

Cierto que han alcanzado un nivel de higiene excelente – aunque algún que otro viaje en metro me haya hecho dudar de ello – y las comodidades de las que gozan eran impensables en mi época, pero deberían ustedes de pensar que este ritmo de polución pasará factura a corto plazo.

Estimados Amigos, está claro que el progreso y la cómoda vida que disfrutamos en el siglo XXI exige ciertos sacrificios, pero ¿No sienten ustedes, a veces, que estamos perdiendo la dimensión del ser humano ??

 

Justine de la Bretonne

admin

admin

4 comentarios en «El olor de las ciudades»

  1. Mi querida Justine, me he divertido mucho con tu artículo de esta semana. Tu pluma se agudiza en cada artículo y sólo puedo decirte que me encantan tu ironía, tu inteligencia y tu humor.
    Carola Laga

  2. Me parece un estupendo ejercicio de sentido común el viaje en el tiempo que propones, Justine.. Analizándolo como tú lo analizas, no hay duda de que nuestro tiempo es el más insalubre de toda la historia de la humanidad! No sólo estamos infestando de basura el planeta y su atmósfera, sino que comemos comida basura, nos vestimos con con ropa basura… y encima nos creemos sostenibles por aprobar Cartas, Planes y Acuerdos internacionales que jamás se llevan a cabo.

    1. ¡Gracias por tu comentario Eva!
      Tienes razón. Vivimos engañados. Por eso cada día tenemos que avanzar un poco más en hacer un mundo que sea de verdad sostenible y natural.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.