Sota, Caballo y Rey

Fui hace poco a pasar un par de días fuera, a un sitio no muy grande pero sí muy visitado (no voy a especificar el sitio) y estando allí fui al mercado de abastos a comprar una lechuga para una ensalada, pero las únicas lechugas que veía era romana e iceberg, pregunté al frutero por la batavia o la hoja de roble, que personalmente las prefiero en cuanto a textura y sabor, la romana no está mal, pero es la de siempre y la iceberg… me resulta de lo mas insípida pese a su crujiente mordida aparentemente fresca siempre, la respuesta que recibí fue: ¿Batavia?, ¿Hoja de roble?, ¿Eso qué es?… No sé, tampoco creía haber pedido nada del otro mundo y la respuesta del frutero me dio que pensar, ¿por qué sólo encontramos sota, caballo y rey en los mercados?

Creo que se están perdiendo variedades interesantes de alimentos por la simplicidad en la producción. La lechuga iceberg, por poner un ejemplo, es una lechuga que aguanta muchísimo tiempo con un buen aspecto y que muy mal se la tiene que tratar para no seguir crujiente aún después de mucho tiempo, pero el sabor… mejor no hablemos. ¿Qué quiero decir con esto? No se si cómodamente se tiende a seleccionar el producto que mejor resultado (principalmente de aspecto) tenga y mantenga por una sencillez en el cultivo, acercándonos así al monocultivo y olvidando otras especies más delicadas pero mucho más sabrosas o si es verdaderamente la gente quién solicita esta escasa variedad de género.

En la pasada feria Agroporc escuché de boca de un productor ecológico que lo cómodo es el monocultivo porque de esta forma no tienes que estar pendiente de los diferentes cuidados de cada una de las plantas, y por una parte me pareció lógico, pero por otra me vino a la cabeza la permacultura, que más bien aboga por una variedad amplia de especies dentro del cultivo, para crear un ecosistema funcional.

Pues bien, la solución no se si podría ser hacer mini monocultivos en parcelas contiguas, cada una llevada por un agricultor e ir rotando las parcelas y al agricultor, de manera que exista una variedad de especies pero con una división de trabajo sencilla para cada agricultor y todo centralizado en un almacén general para todos.

Por otra parte, creo que también es interesante el trabajo que llevan a cabo las redes de semillas (aquí o aquí) o proyectos como «El arca del gusto» que nombramos anteriormente en el artículo «Saborea la tranquilidad«, que está creando un registro de variedades locales en «peligro de extinción».

A nivel particular, podemos intercambiar semillas, solicitar productos y variedades locales para ayudar a «reflotarlas» y sobretodo variedades locales ecológicas, que sin duda son las que más adaptadas están al clima donde se cultivan.

Como conclusión, ¿no sería bonito contar con toda la baraja en lugar de sólo con sota, caballo y rey?

¿Cuál es cuál, señor frutero?
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