Queremos Verde

Buenos días a todos,

Esta semana quiero comentaros un artículo sobre uno de mis manjares favoritos: las setas.

El artículo en cuestión, con el título arriba citado, aparece en la web: ecologismos.com

Los pañales desechables para bebés son, a mi modo de entender, uno de los mejores inventos para la mamá moderna.

Son prácticos, bonitos, en diferentes formas y colores dependiendo si el usuario es niña o niño.

Pero, también son altamente contaminantes. Sus principales componentes son, a saber:

• El polipropileno, que permite mantener seca la parte tan delicadita del bebé.
• La celulosa, que actúa como absorbente.
• El polietileno, como capa exterior de recubrimiento.

¡Menudo trío!

El reciclaje de éste producto no es cosa baladí, ya que necesita entre 200 y 300 años para degradarse. Cierto es que existen actualmente procesos industriales que logran reciclarlos en casi un 80%. Pero el problema es serio.

Si a ello sumamos que, a pesar de que la natalidad está en constante decrecimiento, se desechan millones de toneladas cada año, el problema ya es crítico.

Se buscan soluciones, se intentan paliativos y se toman en cuenta iniciativas cómo la de la emprendedora mexicana Rosa María Espinosa.

A esta mamá – porque semejante idea no se le habría podido ocurrir a un procurador en cortes, pongo por caso – la idea le surgió casualmente cuando, al cambiar de pañal a su bebé en casa de una amiga, no encontró donde tirar el pañal usado.

Por una asociación de ideas: los hongos degradan la celulosa, además de crecer muy bien entre el estiércol o abono orgánico.

¡Eureka! ¡Voy a plantar setas en los pañales usados de mi pequeñín!

¿Es o no es una brainstorming en toda regla?

Esta intrépida mamá estuvo haciendo pruebas en su laboratorio y, finalmente, consiguió degustar unas sabrosas setas cultivadas en su laboratorio.

A quien pueda parecerle una idea un poquito asquerosa, les recuerdo que los hongos se suelen cultivar en estiércol de caballo o de vaca que nadie esteriliza.

En cambio, Rosa ha optimizado su proceso productivo (12 años lleva ya la idea en marcha), esterilizando los pañales para luego rociarlos con las esporas de las setas.

Pero, lo más asombroso es qué, con este proceso, lo que antes se degradaba en 200 a 300 años, ahora solamente necesita 3 meses.

A esta mamá habría que hacerle un monumento. Pero ya mismo. Y desde aquí os animo a consumir y degustar este exquisito manjar.

Justine de la Bretonne

Fuente imagen cabecera: Rafael Ortega Díaz – Rafax