Queremos Verde

Estimados amigos,

Después de varias semanas faltando – por causas ajenas a mi voluntad – a mi cita semanal, vuelvo con entusiasmo a compartir con vosotros mis impresiones y opiniones sobre nuestro entorno natural; en esta ocasión sobre los considerados árboles sagrados para culturas pretéritas.

Y, aunque consideremos nuestra sociedad más avanzada que cualquiera de las que nos han precedido, debemos de aprender un aspecto común a todas ellas y fundamental para nuestra supervivencia, esto es, el respeto a nuestro entorno natural.

Han existido – y existen – muchas culturas que veneran árboles sagrados, pero quiero empezar con una muy cercana a nuestro viejo mundo: los celtas.

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Inter Celtic de Carlos Núñez

 

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¿Quiénes fueron los celtas?

El pueblo celta ocupó la mayor parte de Europa, hasta que romanos y germánicos los fueron expulsando de sus tierras, instalándose finalmente en el norte de las Islas Británicas, Irlanda, Francia y norte de España.

No obstante, y gracias a las crónicas de autores griegos y romanos, nos han llegado las crónicas sobre su existencia, sus creencias y costumbres, así como su estrecha relación con la naturaleza y el conocimiento que de ella extrajeron.

Para la cultura celta, los árboles – árboles sagrados – fueron el eje central de toda su mitología y teúrgia.

“Los celtas basaron sus creencias en la naturaleza puesto que era el medio en el que vivían inmersos y que les proveía de cobijo, calor y alimento. En la observación de su comportamiento y evolución asociaron los demás fenómenos vitales y les imprimieron un carácter sagrado. La adoración a cada una de las formas de vida natural pretendía obtener los beneficios de las cualidades ligadas a ella.”

 

Para este pueblo, los árboles significaban el hogar, eran símbolos de vida y fuente de energía.

Sus sacerdotes, los druidas, vivían en ellos. Los bosques representaban catedrales. En ellos celebraban sus fiestas, ceremonias y rituales. El poder de sus dioses se encontraba en cada uno de sus árboles sagrados. Cada árbol era consagrado a un dios o simbolizaba una virtud.

¿Para qué se invocaba a los árboles sagrados?

«Palabras del viento y de la tierra».

Eran el nexo físico y divino con los tres planos

1. El tronco que significaba el mundo material, que les proporcionaba leña y alimento.
2. Las raíces, representando el mundo de los sueños. Al internarse en el subsuelo, accedían al inframundo y al secreto de la sabiduría de la Tierra.
3. Las ramas y la copa del árbol. Dirigidas al cielo y movidas por el viento, simbolizaban el plano divino de la conciencia.

Ogham o el «alfabeto del bosque».

Tal era la importancia de estos árboles sagrados que la cultura celta tomó la inicial del nombre de cada árbol para la creación de su alfabeto, llamado alfabeto ogham o «alfabeto del bosque».

Letra      Nombre Celta   Significado Castellano
B             Beth                             Abedul
L             Luis                              Fresno silvestre
N            Nion                             Fresno
F             Fearn                           Aliso
S             Saille                            Sauce
H            Uath                             Espino
D            Duir                              Roble
T             Tinne                           Acebo
C             Coll                              Avellano
Q            Qert                              Manzano
M           Muin                            Vid
G            Gort                              Hiedra
NG (ñ)  Ngetal                           Caña/Junquillo
Z            Straif                             Endrino
R            Ruis                              Saúco
A            Ailn                               Abeto
O            Onn                              Aliaga
U            Ur                                 Brezo
E            Eadha                           Álamo blanco
I             Idho                              Tejo

La próxima semana seguiré con este interesante tema, para explicaros como crearon, en base a sus árboles sagrados, un peculiar horóscopo, basados en las propiedades o virtudes asociadas a cada uno.

Para terminar por hoy y, como dijo el poeta:

“Por el agua que le fluye por dentro,
por sus raíces que emergen desde la tierra amiga
por el viento que cuela entre sus hojas meciéndolas
y el fuego que despierta en la fricción de sus ramas
que se eleva hacia el cielo infinito,
los druidas contemplamos en el árbol
la esencia del mundo.”

Justine de la Bretonne