Todo el día corriendo de un lado a otro. De casa al trabajo. Del trabajo a hacer la compra. De la tienda a casa. En casa más prisas para hacer la cena…
No hay tiempo para nada. Ni siquiera para parar un minuto y levantar la vista al cielo.
Posiblemente no veremos mucho.
Pero si miramos más fijamente encontraremos un espacio que podemos explotar para hacer nuestra vida, y la de nuestros vecinos, un poco más sostenible.
Imagina que usamos todas las azoteas de la ciudad, bueno, en las que se pueda, para convertir un espacio que no se utiliza en un espacio productivo respetuoso con el medioambiente.
Es cierto que ya se están usando muchas, pero quedan aún muchas más por utilizar.
Imagina que extendemos su uso a todas las azoteas.
No en todas las ciudades, debido a las condiciones climatólogicas, los usos van a producir el mismo resultado, pero siempre hay una opción para conseguir sacarle partido.
Podemos utilizar las azoteas para sacar partido a las energías renovables.
Placas solares, aerogeneradores caseros… nos ayudaría a reducir la contaminación, pagar menos electricidad, reducir la factura del agua caliente y calefacción…
Una ayuda para muchas familias que se encuentran en una situación de pobreza energética, esto es, cuando no tienen suficiente capacidad económica para hacer frente al pago de los recursos energéticos para cubrir sus necesidades domésticas.
Una lástima que mientras algunos gobiernos incentivan estas iniciativas y las apoyan, otros se dediquen a bloquearlas haciendo que generar energía sea más caro que comprarla a la red…
Montar una huerta urbana en la azotea puede ser una idea para reducir ampliar las zonas verdes de la ciudades.
O no tiene por qué ser una huerto urbano. Una cubierta vegetal puede hacer las veces de parque en el que relajarte después del trabajo, o hacer un picnic el fin de semana.
También se pueden combinar ambas opciones.
Una zona de recreo para los vecinos, y al mismo tiempo un espacio en el que se refuerce el sentimiento de comunidad al producir y cultivar alimentos ecológicos
Y al mismo tiempo, todas esas plantas, supondrían un filtro para la contaminación en las ciudades, causante de enfermedades respiratorias, de la piel… y muertes.
Y desde hace unos días, el gobierno francés, se ha dado cuenta de ello, aprobando una ley según la cual, los edificios comerciales de nueva construcción deben o bien cubrir sus tejados con paneles solares o plantas.
Esperamos que esta ley sea imitada por muchos más gobiernos y pase a ser un estándar más en la construcción de nuevos edificios.
Pero no todo el impacto va a ser medioambiental.
El impacto económico de esta transformación significaría un gran empuje para las economías locales.
Haciendo que las comunidades sean menos vulnerables ante las crisis.
Imagina que usamos todas las azoteas de la ciudad, bueno, en las que se pueda, para convertir un espacio que no se utiliza en un espacio productivo respetuoso con el medioambiente.
Instaladores de paneles solares, tiendas de jardinería, empresas de ingeniería, investigadores, empresas de construcción…
El efecto económico alcanzaría diversos sectores, pero beneficiaría a toda la sociedad con una economía local más fuerte, ciudades más limpias, comunidades más unidas y un incremento del consumo de productos orgánicos.
¿Estás de acuerdo con nosotros?
Si lo estás usa el hashtag #azoteaverdesí
Fuente imagen cabecera: http://mariaxhe.blogspot.co.uk/
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