¡¡Aparta, que voy!!

Llevo varias semanas con buenas noticias pero, lamentablemente, volvemos a la sin razón ecológica.Esta semana he leído el siguiente artículo:

“TALARÁN 400 ÁRBOLES PARA MOVER EL TRANSBORDADOR ENDEAVOUR”

¿Qué me dicen? ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo?

Imagino que como a mí: de piedra pómez.

El tema es el siguiente:

Este famoso transbordador Endeavour (tradúzcanlo como esfuerzo, empeño o intento, que cualquiera vale), ha sido retirado de actividad y lo van a trasladar al Centro de Ciencia de California.

Para ello, se ha determinado que, para facilitar la ruta de traslado hacia su destino final, es necesario talar 400 árboles.

¿Es que no hay otra solución?

¿Por qué no lo dejan donde está, construyen un hangar a su alrededor y cobran la entrada para verlo?

De esta forma, tendrían un lugar turístico más al que peregrinar, le sacarían provecho económico y ¡Todos tan contentos!

Comparto con el autor del artículo que semejante tala no tiene justificación alguna y afecta enormemente al equilibrio ecológico de la zona.

Cierto que la institución encargada del traslado ha prometido plantar 800 árboles nuevos pero, ¿Qué pasará con el equilibrio medioambiental de la zona hasta que estos árboles alcancen la madurez de los 400 árboles talados?

¿Qué harán con todos los seres vivos (animales y plantas) que viven al cobijo de estos árboles? ¿Levantarán un nuevo Arca para trasladarlos, de forma provisional, hasta que los nuevos árboles plantados crezcan un poco?

Como es lógico, las comunidades locales a las que afecta esta sinrazón están indignadas por esta pérdida, máxime cuando se produce simplemente para facilitar el traslado del Endeavour.

Estimados amigos, utilizando la traducción del nombre del aparatito en cuestión, podemos concluir que: