ÁRBOLES SAGRADOS (3) – ROMA
Queridos amigos, una semana más os traigo otro interesante “post” sobre árboles sagrados. En este caso, volvemos al viejo continente pero, viajamos a la época del antiguo Imperio Romano de Occidente.
Para la antigua Roma, dos eran los árboles sagrados asociados a su mitología.
Por un lado, tenemos a la Higuera Ruminal o Romural, llamada así por ser, según la leyenda, el árbol que cobijó a Rómulo y Remo cuando fueron abandonados por su tío Amulio a la entrada de la caverna llamada Lupercal.
Este árbol sagrado crecía cerca del Palatino.
El nombre de Ruma designaba el pecho materno en la lengua arcaica del Lacio, propiciado seguramente por el líquido lácteo que producía la higuera.
El nombre de éste árbol sagrado puede significar también Higuera de la diosa Rumina, protectora de las madres lactantes y de las hembras de los animales, presidía la crianza de los niños y recibía ofrendas de leche en su templo al pie de la colina Palatina.
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Esta diosa podía adoptar dos formas: cómo animal era una loba y cómo humana era Acca Laurentia, esposa del pastor Fáustulo que encontró a los gemelos fundadores de Roma.
Este árbol sagrado simbolizaba también la paz, pues incluso la loba se amansaba a su sombra.
La Higuera aparecía en las monedas romanas del siglo II a.C., junto a los gemelos Rómulo y Remo, el pastor Fáustulo y la Loba Capitolina.
En el año 58 de nuestra era empezó a morir, lo que fue interpretado por los romanos como premonición de calamidades.
El segundo de los árboles sagrados romanos era el roble. Dos eran los robles sagrados romanos:
El Roble del Capitolio, dedicado a Júpiter. Fue el árbol en el que Rómulo colgó las armas de Acrom, rey de los caeninenses, tras derrotarle en singular combate.
Para terminar esta tanda de árboles sagrados tenemos el Roble del Álgido, cuya leyenda se remonta al año 459 a.C.:
Graco Clelio, emperador de los ecuos, tras romper la tregua con Roma, levantó una tienda bajo un enorme roble del monte Álgido, hoy Aglio, a la que se retiró con su botín.
Cuando 3 emisarios del Senado Romano se presentaron ante él para reclamar el botín, Graco les respondió que estaba muy ocupado y que dirigieran sus reclamaciones al árbol.
Incluso para un imperio tan poderoso como el Imperio Romano, los árboles sagrados han formado parte de su cultura y tradiciones, asociándolo al periodo fundamental de su fundación.
Prometo más arboles sagrados para la próxima semana.
Justine de La Bretonne