Bancales en ojo de cerradura
Hoy os hablaremos sobre los bancales en ojo de cerradura, una interesante adaptación de la agricultura a situaciones especiales.
El ingenio humano nuevamente hace gala.
Vamos a hablar de los bancales en ojo de cerradura, que parece que tienen origen en el continente africano.
Su origen se debe a cubriendo necesidades y aprovechando recursos como si de un puzzle se tratara.
Esta forma de construir el bancal une la compostera con sus pertinentes lombrices, al bancal en altura.
Y esta altura lo hace accesible a personas con limitaciones físicas.
Al mismo tiempo, esta altura extra permite la opción de compostar material directamente enterrado en los bancales.
Esto hace que funcione en parte como cama caliente para semillas y raíces, alimento y calorcito.
¿Qué más se puede pedir a los bancales en ojo de cerradura?
En bancal en ojo de cerradura en cuestión está formado por dos círculos concéntricos.
Uno de 45 cm y otro de 150 cm, quedando una buena superficie de trabajo.
El círculo interior se forrará de un enmallado de cañas o similar y será el lugar habilitado como compostera, reabsorviendo el bancal directamente el lixiviado.
Es nuestro bancal se hara un pasillo de acceso al centro, como si quitásemos un «quesito». De esta manera podremos acercarnos a la compostera y trabajar cómodamente.
La altura, sin embargo variará dependiendo de la persona, pero lo ideal es una altura que nos permita trabajar de pie cómodamente.
En la base de la compostera haremos un pequeño montículo que evitará que se encharque el compost y en la base de los círculos excavaremos para asentar las primeras piedras que conformarán nuestro muro con el fin de afianzarlo.
El hueco se irá rellenando de capas de material compostable y tierra, eso acabará por convertirse en alimento para nuestras plantas.