El chocolate, en peligro de extinción

Así se titulaba un artículo que me dejó con el corazón en un puño.

El tema en cuestión es que debido al cambio climático, a partir del año 2030 empezaran a escasear los campos de cultivo aptos para el cacao, llegando a la práctica totalidad en 2050. Los países afectados serán principalmente Ghana y Costa de Marfil.

Esto me hace reflexionar en la diferencia de aptitudes entre las épocas anteriores al siglo XX y las posteriores.

En mis días nos lanzábamos a disfrutar de la vida y de sus placeres sin ser conscientes de que los recursos naturales eran limitados (hoy en día se supone que somos todos más ecológicamente concienciados),  y uno de los principales placeres era y sigue siendo el chocolate. ¡¡Ahh!!   ¡¡Ese olor embriagador!!  ¡¡Ese sabor y esa textura densamente sensual!!….. Con razón algunos lo tomaban como sustituto de placeres más eróticos….

Desde que llegó de América revolucionó la repostería, las formas de prepararlo, se convirtió en un regalo elegante y galante para las damas….Se crearon oficios en torno al chocolate e incluso dos países europeos se erigieron en especialistas en esta materia. Bélgica y Suiza.  ¡Que mundo tan fascinante el del chocolate!!!

Hasta la población de China se ha sumada a esta pasión, con lo cual la demanda ha crecido considerablemente, porque  ¡¡Hay que ver la cantidad de habitantes que tiene este país!!

Pues bien, todo ello en peligro de extinción porque, a pesar de la concienciación ecológica que impera en la población mundial desde mediados del siglo pasado, llegamos tarde y no hemos sabido preservar nuestro entorno.

Se está estudiando trasladar las plantaciones a una altura mayor, desarrollar nuevas formas de riego y la selección de cepas resistentes al calor.

¡¡Señores!!! No tardando mucho, el chocolate va a cotizar como el oro. Que no digo que no lo merezca, pero no deja de ser una barbaridad.

Aunque el artículo en el que me he basado esta semana sólo se refería al chocolate, creo que es sintomático de lo que pasa a nivel mundial en cuanto a producción agraria.

Me explico: si para mantener la producción del chocolate vamos a modificar el paisaje de su cultivo… ¿Qué no va a pasar con gran parte de las producciones y áreas de cultivo de otros productos? ¿Se dan ustedes cuenta de hasta qué punto se prevé un cambio radical y masivo de nuestro entorno?  ¿Seguirán contando los países africanos antes citados con esta producción para aliviar su precaria economía? ¿O lo derivaremos a otras regiones estratégicamente más interesantes?

Confío sinceramente en que seamos capaces, cada uno a nuestro nivel, de poder evitar una transformación tan radical de nuestro entorno.  ¡Es vital para nuestra supervivencia!

Y ahora, si me lo permiten, les dejo para tomarme con mi queridísima amiga Carola Laga una deliciosa tacita de chocolate caliente.

Lo dicho,  ¡Qué placer tan sensual!

Justine de la Bretonne