Érase una vez…

Érase una vez tres cerditos que abandonaron la casa de su mamá para iniciar su nueva vida, uno de ellos construyó una casa de balas de paja, -Así tendré un buen aislamiento y así no tendré necesidad de usar calefacción o aire acondicionado-, pensó el primero de los cerditos. El segundo cerdito uso el tradicional adobe con estructura de madera y exclamó -¡Así no tendré problemas de humedades y de salud y mi casa es respetuosa con el medio ambiente!-. El tercer cerdito, sinembargo prefirió comprarle una casa de ladrillo a un lobo constructor que aseguraba que sus viviendas tenían ese precio por que las cosas buenas hay que pagarlas.

Un buen día el lobo, llegó a casa del primero de los cerditos y dijo, insistiré e insistiré hasta que reconozcan que la casa de ladrillo es mejor que la de paja, pero el cerdito demostró que su casa era sana, sostenible y segura, y se quedó.

Entonces el lobo, fué a buscar al segundo de los cerditos y dijo, insistiré e insistiré hasta que reconozcan que la casa de ladrillo es mejor que la de adobe, pero el cerdito demostró que su casa era sana, sostenible y segura, y se quedó.

Y fue en ese momento cuando el tercer cerdito vió que su casa se llenaba de humedades por que no transpiraba bien, se agrietaba por que el material no era de calidad y su salud empeoró debido a la toxicidad de algunos de los materiales de su casa de ladrillo, además se dió cuenta de que la calefacción y el aire acondicionado le resultaban indispensables por el deficiente aislamiento de la vivienda y eso le repercutió grávemente en su bolsillo, y cuando fué a buscar al lobo para explicarle la situación, el lobo estaba de viaje en un lugar muy muy lejano.

y colorín colorado este cuento no ha hecho más que empezar.