Pan de verdad
Algo que ha acompañado al ser humano y que ha evolucionado con el son las masas de cereales molidas y cocidas, lo que venimos a llamar pan.
La evolución del pan
El pan ha evolucionado, se ha adaptado a las zonas donde se ha comido, cambiando su composición, olor, sabor y método.
Pero algo que siempre ha caracterizado su proceso (no en todos los casos, si hablamos de pan ácimo) es la fermentación natural, larga, muy larga, con colonias de «bichitos» felices de poder alimentarse de algo tan bueno y natural.
Esto aporta olores, sabores, digeribilidad y durabilidad, algo que lamentablemente hoy prácticamente se ha perdido.
Hoy, la industrialización ha matado el pan de verdad, y lo que se vende (por norma general) no es ni parecido a lo que debiera ser.
Hoy en día, lo que encontramos en las tiendas son masas mal cocidas, precocidas y congeladas, en muchos casos, repletas de mejorantes y mil mandangas químicas más que intentan disfrazar la falta de harinas de calidad y disimular que casi no ha tenido fermentado.
Un pan hecho con masas que no han sido fermentadas, sino que simplemente han sido «hinchadas» en el horno, es decir, masas poco o nada fermentadas con cereales refinados de pésima calidad, todo por anteponer precio a calidad, consumiendo así masas nada saludables.
La solución para volver al pan de verdad
La solución, como todo en nuestro mundo verde, es la de cambiar la manera de hacer, la conciencia y el sentido social de las cosas.
Así, vemos como cada día son más los panaderos artesanos que recuperan las técnicas de sus antepasados. Artesanos que buscan volver a hornear el buen producto que se elaboraba hace años.
Artesanos que han sido animados por otros tanto «panarras» caseros enamorados de uno de los alimentos más antiguos del mundo, todos ellos además convencidos de que la harina ecológica sabe mucho mejor.
En resumen, comprad solo el pan que lo merezca o elaboradlo en casa, que es una experiencia maravillosa.
Harina, agua, sal y masa madre.
Me encanta ir a los pueblos y comprar el pan casero de allí, anda que no hay diferencia…