Plantas no tan malas
Estimado amigos, mis últimos artículos han versado sobre buenas noticias ecológicas y, esta semana, sigo con la misma tónica.
Acabo de leer un artículo muy interesante sobre unas pequeñas plantas criptogámicas (plantas que no tienen flores) que viven en zonas sombrías y húmedas: las algas terrestres, los líquenes y los musgos.
Resulta que mucha gente consideraba, hasta ahora, a estas plantas como malas hierbas. Pero esto debe de cambiar.
Según los estudios de tres instituciones científicas alemanas, estas plantas absorben enormes cantidades de nitrógeno y dióxido de carbono de la atmosfera y realizan su fijación en el suelo.
Casi la mitad de la fijación de nitrógeno que se produce de forma natural en nuestro Mundo es gracias a este tipo de plantas.
El carbono que es liberado a la atmosfera por la combustión de biomasa es también capturado por estas plantas.
¿No les parece increíble?
Hasta ahora, hemos documentado profusamente el importante papel que los bosques y océanos desempeñaban en el intercambio global de oxígeno y nitrógeno, pero no hemos tomado en cuenta la importancia de estas plantas terrestres. Y eso que las cubiertas criptógamas cubren un 30% de la superficie de los suelos, se las encuentra en todos los ecosistemas y entre ellas se incluyen algunas de las formas de vida más antiguas de nuestro planeta.
Los hallazgos de estos estudios permitirán mejorar los modelos climáticos y los cálculos de flujo globales, que hasta ahora no se habían tenido en cuenta, a pesar de su importancia, como reflejan los datos obtenidos:
Musgos, algas y líquenes absorben aproximadamente 14.000 millones de toneladas de dióxido de carbono y fijan alrededor de 50 millones de toneladas de nitrógeno ¡Cada año!
Estimados amigos, cada día me convenzo más. La vida en nuestro planeta es asombrosa, inteligente y maravillosa. No existe organismo vivo, por pequeño que sea, que no contribuya a la armonía ecológica. Por otro lado, que gran lección de humildad la de estos pequeños organismos y que torpeza muestra a veces el ser humano. Unos llevan milenios limpiando y purificando nuestro aire, y otros nos acabamos de dar cuenta ahora. En fin, ¡Más vale tarde que nunca! Pensémoslo dos veces antes de calificar a una planta como “mala hierba”. Nunca se sabe….
Justine de La Bretonne