¡Puagh! ¡Una lombriz!
Seguro que muchos reaccionamos así al ver a alguno de estos importantísimos bichos, de la misma manera que ellos pueden pensar -¡Puagh, que asco, un humano!.
Pero lejos de esa relación tan «especial» hemos de decir que son un pilar fundamental en la salud de nuestro planeta. Por decirlo de alguna manera, las lombrices son unas de las encargadas más importantes de convertir deshechos en el mejor alimento para la flora del planeta.
Un suelo lleno de lombrices es un suelo sano, y tanto es así que si sembramos en una tierra donde no haya lombrices, será difícil cultivar nada de forma óptima y a veces imposible.
Nos encontraremos en la mayor parte de los casos con un suelo estéril o abocado a la esterilidad más absoluta. Evidentemente la tierra, por mucho que le cueste es capaz de recuperarse de casi cualquier «burrada» que el ser humano pueda haberle hecho (no siendo esa justificación para contaminar a nuestras anchas).
Las lombrices de tierra son pieza clave en esa labor, poco a poco, por si solas irán apareciendo y trabajando el suelo, perforándolo, oxigenándolo, alimentándolo y reparándolo sin la agresividad del arado, que «destripa» la tierra y deja a merced de todo tipo de animales, todos los insectos necesarios para alimentar el suelo.
Las lombrices conocen bien su labor, y me consta que se esmeran en su quehacer, devoran toda la materia respetando vegetal inerte y acomodan las semillas para que crezcan de la mejor manera (al contrario que muchas empresas empecinadas en lo contrario). De hecho, es un placer ver como dentro de un vermicompostador todo aquel resto vegetal que se eche se acaba por transformar en compost y como, entre el compost, brotan y crecen todas las semillas que hayan podido caer, dispuestas a ser trasladadas a la huerta.
Ni que decir tiene que todos los «potingues» químicos de cualquier clase que se viertan sobre el suelo (directa o indirectamente), pueden diezmar a las lombrices, en definitiva, arrojar piedras contra nuestro propio tejado.
Demostrados y comprobados quedan los beneficios de su trabajo, tanto el compost como el lixiviado, este último comparable para las plantas con la poción mágica de Panorámix.
Pero… ¿cómo podemos obtener todo ese beneficio?
Simplemente atrayéndolas de la misma manera que haría la naturaleza, podemos seguir la pautas que indica la permacultura o montar vuestro propio vermicompostador, total, hay quién tiene perro, hay quien tiene gato y hay quién tiene lombrices.