Reverdeciendo el mundo. La Permacultura.

Somos conscientes de haber convertido el mundo en un sistema insostenible, donde sólo se ofrecen, buscan y encuentran servicios y productos de usar y tirar que conllevan un gran impacto medioambiental. Pero hoy no vamos a entrar en críticas politico-sociales hablando de nuestro sistema de vida actual, aunque nos recuerde irremediablemente a la novela Un Mundo Feliz de Aldous Huxley, pero sí vamos a ofrecer una alternativa real, para que sepamos verdaderamente gestionar nuestros desechos, que podamos aprovechar las energías renovables no contaminantes, y llegar a crear un ciclo de vida que pueda funcionar por sí sólo de forma 100% eficiente. Vamos a hablar de Permacultura.

La Permacultura (cultura + permanente) es un sistema holístico para diseñar ecosistemas autosostenibles siguiendo las pautas de la naturaleza. Fue creado a mediados de los años 70 por Bill Mollison y David Holmgren, la idea era crear sistemas de agricultura estables y sostenibles que sirviesen para recuperar el suelo, destruido en pocos años por los actuales sistemas de agricultura tan agresivos.

Pese a esa idea, la Permacultura no se centra sólamente en la agricultura, si no en toda la interactuación que tiene el ser humano con el resto de la naturaleza, y cómo puede obtener beneficio sin dañarla.

La Permacultura parte de una ética fundamental:

1. Trabajar con la naturaleza no contra ella.

2. Convertir problemas en oportunidades, desechos en recursos.

3. Mínimo cambio para el máximo efecto.

4. El rendimiento de un sistema es teóricamente ilimitado.

5. Todo afecta a todo.

En cuanto al diseño tenemos que tener en cuenta que todo puede tener varios usos, es decir, un bidón puede convertirse en un molino o en un recipiente para siembra. Debemos crear diversidad de especies autóctonas, de esta manera protegeremos a nuestras plantas de las plagas de forma natural y eficiente. Debemos jugar a favor de la topografía no contra ella, valorar los pros y los contras y sacarle provecho. Organiza y sitúa cada componente del sistema de manera que rinda eficientemente respecto al resto. Haz que tu diseño evolucione de forma natural y por supuesto observa la naturaleza y copia sus patrones. Copia de esta manera la forma que naturalmente presentan las orillas, creándo habitats favorables a la flora y fauna. Estudia y aprovecha la climatología local, vientos, temperaturas, ruidos… Diseña según el uso que vayan a tener las cosas, productos culinarios cerca y cultivos anuales lejos. Haz que la naturaleza trabaje por ti, ella tiene recursos eficientes para todo, si tienes una plaga de caracoles haz que los patos se los coman. Aprende a aprovechar y obtener recursos como el agua o la electricidad. y Recicla, no deseches, todo sirve para algo.

En definitiva, la Permacultura podemos aplicarla en casi cualquier circunstancia, tanto si contamos con 11 hectáreas como si tenemos unos pocos tiestos en casa, o incluso en la misma ciudad, podemos aprovechar un tejado para cultivar, y ayudar así a regular la temperatura de la casa, podemos recoger el agua de la lluvia para tiempos de escasez, podemos convertir nuestra piscina en un lago donde podremos seguir bañándonos y además tener peces y plantas en perfecto equilibrio para nuestro consumo. Podemos sembrar huertos en casi cualquier azotea, en casa en la ciudad, en el patio de vecinos…

Podemos aplicar estas pautas día a día dentro del terreno de nuestra casa o desde los ayuntamientos de manera global sobre las ciudades, cada pequeño gesto cuenta para cambiar el gris de las ciudades por el verde de la vida.

La imaginación es infinita, sólo debemos pensar… ¿qué haría la naturaleza en esta situación?

Para terminar y dado que la permacultura es muy extensa para explicarla correctamente en este artículo, os dejamos unos videos y libros muy interesantes sobre permacultura, muchos de los cuales se pueden conseguir por internet.

Bill Mollison; «Introducción a la permacultura», Vídeo sobre permacultura.

Masanobu Fukuoka; «la revolución de una brizna de paja», «La senda natural del cultivo».