una «hartá» de años

Esta semana me ha dejado impactada un artículo que se titula:

86 MILLONES DE AÑOS

El artículo en cuestión versa sobre el descubrimiento que han hecho unos científicos en Washington sobre bacterias que sobreviven, con un metabolismo muy lento, en sedimentos bajo el fondo de los mares y que podrían tener unos 86 millones de años.

La horquilla de edad va desde mil a millones de años. Son organismos que viven a unos 30 metros de profundidad en el suelo del océano Pacífico, lejos de la luz del sol y de los nutrientes frescos.

«Las comunidades de microbios pueden subsistir en la profundidad de los sedimentos marinos sin un suministro fresco de materia orgánica durante millones de años», afirmó el equipo, encabezado por Hans Roy, de la Universidad Aarhus, en Dinamarca.

Está claro que nuestra escala del tiempo no es la única en la vida de nuestro planeta, pero 86 millones de años me parece una barbaridad.

Estos seres tienen tal parsimonia que han adaptado su metabolismo a alimentarse con una cantidad mínima de nutrientes.

Según Roy, estos microbios no han recibido nutrientes desde la época de los dinosaurios. ¡Y tan panchos!

Pensándolo bien, deben de llevar una existencia bastante aburrida. Si no te queda ni el placer de la comida, ya me dirán ustedes para que vivir.

Como además están en el fondo marino, al que nunca llegan las noticias, no se han enterado de nada, pero NADA, de lo que ha pasado por nuestro Mundo.

Eso es vivir sin stress, ni conquistas, ni glaciaciones, ni extinciones masivas. Ellos a lo suyo, que es pasar el rato sin más.

Las revoluciones, las dictaduras y las guerras que han sucedido a lo largo de nuestro devenir histórico y prehistórico les traen totalmente al pairo.

Que quieren que les diga, para cualquier ser vivo del Planeta, vivir de esa forma debe de ser mortalmente aburrido.

No sé si los de National Geografic tendrán intención de hacer un reportaje a estos diminutos seres. Les aconsejo que les hagan una foto y listo. Lo apasionante de sus artículos es ver a los animales en su entorno natural pero interactuando. Un ser estático que apenas se alimenta ni se mueve, por aquello de mantenerse unos cuantos millones de años es un auténtico coñazo.

Justine de La Bretonne

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