La cabeza, el corazón
Nuestras sensaciones ante el mundo
La mente puede generar malas sensaciones por una mala asimilación y gestión de los pensamientos y de los sentimientos que continuamente nos bombardean.
Sensaciones de un mundo violento y despiadado en todos los estratos sociales.
La cabeza, quien maneja todo, puede forzar órganos hasta hacernos enfermar, por la mala gestión de nuestros sentimientos.
Nos vemos obligados a forzar el cuerpo y la cabeza debido al trabajo, vida que nos han sido impuestas por necesidad y que difieren mucho de nuestros gustos e incluso nos desagradan…
Cada vez hay más casos de depresión, mayores problemas de salud consecuencia de una mala alimentación y relaciones poco o nada sanas entre nosotros.
Relaciones forzadas también por el trabajo ya que el trabajo es lo primero hoy en día, antes que cualquier cosa, antes que la familia, amistades, alimentación… antes que la vida misma.
En su día, me dijeron, estudia lo que te gusta y trabaja de lo que puedas, sonaba bien, desde luego, pero creo que la frase debería ser , estudia y trabaja de lo que te gusta y se feliz.
Ser feliz es una meta
Ser feliz es un buena meta, ¿no os parece?, mejor meta diría yo.
Hoy el sistema está establecido para crear una dependencia total y absoluta a todos los niveles.
Hasta tal punto que resulta casi imposible salir.
Pero para todo hay alternativa, la cuestión es buscar el camino para encontrar el sentido y seguir incansable hasta ese fin alternativo, fuera del sistema.
Excesivo trabajo, mala alimentación, malas costumbres poco saludables, y movimiento prediseñado de masas.
Pero ¿qué opina la masa de todo esto?
¿Podremos dar un cambio y trabajar para un fin comunitario, beneficioso y sostenible y no por un crecimiento egoísta y hambriento?
¿Seremos capaces de asimilar que no necesitamos más que una alimentación sana y natural para evitar enfermedades y ser respetuosos con nuestro entorno?
¿Seremos capaces de dejar de odiarnos y empezar a querernos como nos merecemos?