… de verdades como puños
Son muchos los productos que encontramos en el mercado que nos venden con puros, o artesanos (sí, sí, ¡artesanos!) pero que no son más que el fruto de una industria deshumanizada y plástica, que diseña productos de laboratorio con cara de «no haber salido del pueblo», y sus víctimas son los productos originales y sus bienhechores artesanos, que poco a poco ven como se va perdiendo la tradición, el sabor y lo que es peor la calidad y calidez de su trabajo.
Debemos buscar a esos productores, cuidarlos, conversar con ellos e incluso entablar una amistad y confianza, esa cercanía que hará que más orgullosos compremos sus productos, y que los conozcamos y los apreciemos como verdaderamente se merecen.
Este artículo es para «desovejar» al público y alentar a esos pequeños productores ecológicos que nos hacen esta vida un poquito mejor, sabiendo que cada bocado es artesanía y pura tradición, aroma a recuerdo añejo y suculento… Pequeños artesanos y productores, ¡SOIS GRANDES! y seguiré como hasta ahora, buscando y comprando vuestros panes y quesos, vinos, hortalizas, frutas y dulces allá donde vaya, todo aquello que orgullosamente producís con el sabor y la historia de vuestra tierra y que deliciosamente alimentan mi cuerpo y mis recuerdos.
Comparto plenamente! Es muy buena idea el hablar con ellos para alentarlos, además de comprar sus productos. Lo pondré en práctica también durante las vacaciones.