Lo de debajo del iceberg no es tan bonito
Por mucho que se pinte de verde un bidón de petroleo, este no dejará de ser contaminante.
Mucho se está hablando últimamente acerca del camino ecologista que van tomando las cosas, productos, empresas, maneras de hacer… y muchas de estos caminos se hacen por pura convicción ecologista y otras tantas por ser un mercado potencial bastante jugoso. Dentro de este último podríamos decir que hay quien hace las cosas medio bien (que ningún trabajo cuesta) y quien es un verdadero maestro del disfraz y engalana todo para que parezca lo que no es o mejor dicho, cuenta una verdad, pero una verdad a medias.
Pongo ejemplos: Las bolsas de fécula o e biodiesel y bioetanol, tanto las primeras como las segundas efectivamente tienen un menor impacto contaminante, pero eso hablando del producto en adelante, pero ¿qué pasa antes?, del producto hacia atrás es otra historia. Para obtener dichos combustibles o las tan publicitadas bolsas hemos tenido que (mono)cultivar miles de hectáreas de soja, maíz o patata entre otras, en algunos casos incluso este cultivo resulta un peligro para los bosques cercanos. Además ni que decir tiene que ese terreno podría dársele un mejor uso si se enfocase a la alimentación humana directamente, cundiría infinitamente más y desde luego si que sería mucho más ecológico.
Todo tiene un proceso y un impacto en muchos estratos y es nuestro deber analizarlo todo para valorar efecto global de todo, todo afecta a todo, y si no nos lo tomamos en serio y sólo nos quedamos con lo que asoma por encima del agua, el iceberg nos hundirá como al Titanic.